Sunday, September 25, 2016


DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C- OCTUBRE 2, 2016

El tema de la celebración de este domingo es la fe

Ø  Que habla con confianza a su Dios para quejarse de que parece estar sordo a su súplica.

Ø  Fe tan fuerte como la fuerza necesaria para arrancar un árbol fuerte y

Ø  Tan llena de novedad como sería el plantar un árbol en el mar.   

Ø  Tan sencilla que descubra la presencia incomprensible del Dios que está detrás de toda realidad.   

EL PROFETA HABACUC

Ø  El nombre de este profeta es único en la Biblia, podría venir de una planta “albaca”

Ø  No se sabe de él ni origen, ni familia, ni lugar

Ø  Y los tres capítulos que forman el libro son difíciles de entender

Ø  El contenido es una proclamación recibida en el transcurso de una visión

Ø  El profeta está preocupado y sufre por la realidad social y le pide a Dios le explique

Ø  El tiempo de su composición entre el 606 a.C  y el exilio de Babilonia 587 a.C)

Ø  El mensaje parece ser: hay que dejar la forma tradicional de entender el premio y castigo, es decir la retribución de Dios. Hay que entender de otra forma la actuación de Dios en la historia humana.

PRIMERA LECTURA Habacuc 1,2-3;2,2-4

ü  El profeta se queja porque pide ayuda al Señor y parece que el Señor no escuche

ü  ¿Por qué tengo que ver violencia y destrucción?

ü  La respuesta de Dios es decirle al profeta que escriba la visión

ü  “Si tarda, espérala, porque ciertamente vendrá, sin falta”

ü  La lectura termina diciendo “el justo vivirá por su fe”

ü  Esta lectura la tenemos uno de los días de adviento en la liturgia de las horas.

ü  Llena el corazón de esperanza y de fuego de amor, saber que ciertamente vendrá.

ü  Y es cierto el Señor ha venido y sigue viniendo a nuestra vida, a veces como el profeta nos quejamos porque no nos damos cuenta de que ya está en nuestra vida.

Salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor,
aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo,
y démosle gracias.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas,
adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo,
pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo;
él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
"No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto,
cuando sus padres dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras".
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz. 

v  El salmista nos invita

o   a la alabanza a Dios,

o   a la adoración de Dios

o   a escucharle 

EVANGELIO  Lc 17,5-10

Ø    Esta lectura tiene como dos partes

Ø  La primera en que los apóstoles le piden a Jesús que les aumente la fe

Ø  Tal vez ellos al escuchar lo que Jesús les hablaba y la misión que les iba a confiar se dieron cuenta que su fe tradicional, todavía infantil, no les iba a ayudar.

Ø  Y por eso esa petición, que a veces  nosotros también hacemos

Ø  No es que no tengamos fe, sino que esta fe es todavía la del catecismo de cuando éramos niños, o la fe de la abuelita pero que todavía no he hecho mía, y por eso  no me ayuda.

Ø  Y Jesús les da una respuesta que nos sorprende.

Ø  Parece que con esta comparación les quiere decir que necesitan:

o    una fe tan fuerte como la fuerza que se necesita para arrancar una morera, árbol fuerte y difícil de arrancar de raíz

o   Una fe capaz de aceptar y proponer la novedad, como es novedoso que un árbol se siembre en el mar.

Ø  Les pongo a continuación algo que he leído en un comentario de José Antonio Pagola que me ha parecido tan bonito y  me ha hecho bien, y deseo compartir con ustedes.

Decía el teólogo Karl Rahner, este “abandonarnos” propio de la fe es la “máxima osadía del hombre”. Una ínfima partícula del cosmos(universo) se atreve a relacionarse con la “totalidad incomprensible y fundante del universo”, y lo hace, además, confiando absolutamente en su poder y su amor. Los cristianos hemos de tomar más conciencia de la audacia que supone atrevernos a confiar en el misterio de Dios.

El mensaje original de Jesús ha consistido precisamente en invitar al ser humano a confiar incondicionalmente en el Misterio insondable que está en el origen de todo. Esto es lo que resuena en su anuncio “No tengan miedo… Confíen en Dios. Llámenlo Abbá, Padre querido. Él cuida de ustedes. Hasta los cabellos de su cabeza están contados. Tengan fe en Dios.



SEGUNDA LECTURA 2Tm 1,6-8;13-14

ü  Reaviva el don que recibiste con la imposición de mis manos. Vuelve al primer amor.

ü  Dios no nos quiere cobardes, sino atrevidos movidos por el amor y no por el miedo.

ü  No te avergüences de dar testimonio de Jesús, tampoco te avergüences de mi, aunque esté en la cárcel.

ü  Lleva la parte del duro trabajo que te corresponde, ¿cuál es este trabajo? Es el anuncio del evangelio de palabra y con la vida.

ü  Guarda el tesoro que está en ti y en todos nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo. ¿Cuál es ese tesoro? Es la fe recibida y que necesitamos hacer crecer en nosotros, con la amistad e intimidad con Jesús en la oración en la vida.





ü  EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA)
DEL PAPA FRANCISCO

Las migraciones «representan otro signo de los tiempos que hay que afrontar y comprender con to da la carga de consecuencias sobre la vida familiar»[30]. El último Sínodo ha dado una gran importancia a esta problemática, al expresar que «atañe, en modalidades diversas, a poblaciones enteras en varias partes del mundo. La Iglesia ha tenido en este ámbito un papel importante. La necesidad de mantener y desarrollar este testimonio evangélico (cf. Mt 25,35) aparece hoy más urgente que nunca [...] La movilidad humana, que corresponde al movimiento histórico natural de los pueblos, puede revelarse una auténtica riqueza, tanto para la familia que emigra como para el país que la acoge. Otra cosa es la migración forzada de las familias como consecuencia de situaciones de guerra, persecuciones, pobreza, injusticia, marcada por las vicisitudes de un viaje que a menudo pone en riesgo la vida, traumatiza a las personas y desestabiliza a las familias. El acompañamiento de los migrantes exige una pastoral específica, dirigida tanto a las familias que emigran como a los miembros de los núcleos familiares que permanecen en los lugares de origen. Esto se debe llevar a cabo respetando sus culturas, la formación religiosa y humana de la que provienen, así como la riqueza espiritual de sus ritos y tradiciones, también mediante un cuidado pastoral específico [...] Las experiencias migratorias resultan especialmente dramáticas y devastadoras, tanto para las familias como para las personas, cuando tienen lugar fuera de la legalidad y son sostenidas por los circuitos internacionales de la trata de personas. También cuando conciernen a las mujeres o a los niños no acompañados, obligados a permanencias prolongadas en lugares de pasaje entre un país y otro, en campos de refugiados, donde no es posible iniciar un camino de integración. La extrema pobreza, y otras situaciones de desintegración, inducen a veces a las familias incluso a vender a sus propios hijos para la prostitución o el tráfico de órganos»[31]. «Las persecuciones de los cristianos, así como las de las minorías étnicas y religiosas, en muchas partes del mundo, especialmente en Oriente Medio, son una gran prueba: no sólo para la Iglesia, sino también para toda la comunidad internacional. Todo esfuerzo debe ser apoyado para facilitar la permanencia de las familias y de las comunidades cristianas en sus países de origen. (46)

  

 BIBLIOGRAFÍA:

PAGOLA, José Antonio. El camino abierto por Jesús. Lucas.

SAGRADA BIBLIA. Versión oficial de la Conferecia Episcopal Española.

DAILY ROMAN MISSAL

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