Monday, October 30, 2017


XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A – 2017

ü  Hace dos domingos el Señor nos decía que hemos de dar a Cesar lo que le pertenece, la moneda con su rostro, pero a Dios le debemos devolver su imagen que somos nosotros. Pertenecemos a Dios.

ü  La semana pasada Jesús nos dijo que el amor al prójimo es un mandamiento tan importante como el primero que es amar a Dios.

ü  Hoy el Señor nos invita, nos urge a que nuestras obras correspondan a nuestra palabras, que seamos sinceros y honestos en cuanto a nuestra responsabilidades.

Profeta Malaquías.

·         El libro se hace eco de la situación de Judá y Jerusalén en la época persa, alrededor del 450 a.C.

·         La situación parece normal  en cuanto a la sociedad en general

·         El interés de este libro es el culto

·         El autor usa el género de controversia mezclado con oráculos propiamente dichos

·         Malaquías recrimina a los sacerdotes que son negligentes y cínicos en el servicio del Señor

·         Y tampoco se olvida de la exigencia fundamental de la fe de Israel: la justicia.

Primera lectura     Mal 1, 14–2, 2. 8-10

Ø  El Señor se presenta como el rey soberano cuyo nombre es temible entre las naciones, entre los que no pertenecen al pueblo de Dios.

Ø  Y se dirige a los sacerdotes para darles algunas advertencias:

o    Se han apartado del camino

o    Han hecho tropezar a otros, es decir han movido con su infidelidad a otros a hacer lo mismo

o    La consecuencia de esto es que los sacerdotes serán considerados despreciables por el pueblo

Ø  Y el profeta hace una pregunta que todavía nos seguimos haciendo

o    ¿no es Dios nuestro Padre y Creador de todos?

o    ¿Acaso podemos imaginarnos que Dios hace preferencias, ama a unos más que a otros?

o    ¿O tiene Dios una doble ley, una favorable para los que Él quiere y otra desfavorable con los que no quiere? Así como hacemos los humanos

o    ¿Por qué profanamos la alianza traicionándonos entre hermanos?

Ø  Este evangelio es muy fuerte y cuestiona profundamente nuestros comportamientos: si todos somos hermanos y hermanas,

o    ¿cómo es posible que nos destruyamos unos a otros? No solo con armas, sino con nuestras palabras y nuestros desprecios y descriminaciones.

o    ¿cómo es posible que permanezcamos día tras día insensibles al grito de dolor de tantos seres humanos maltratados por el hambre, la necesidad que son resultado del egoismo de otros seres humanos que son sus hermanos y hermanas y también nuestros?

Ø  Señor transforma nuestro corazón, ayúdanos para que nuestras obras correspondan a lo que predicamos, enseñamos y decimos que creemos.



Salmo Responsorial  -  Salmo 130, 1.2.3

R. Señor, consérvame en tu paz.

Señor, mi corazón no es ambicioso,

ni mis ojos soberbios;

grandezas que superen mis alcances

no pretendo.

R. Señor, consérvame en tu paz.

Estoy, Señor, por lo contrario,

tranquilo y en silencio,

como niño recién amamantado

en los brazos maternos.

R. Señor, consérvame en tu paz.

Que igual en el Señor esperen

los hijos de Israel, ahora y siempre.

R. Señor, consérvame en tu paz.



Ø  Este salmo es la oración de

o   un corazón humilde, que no quiere ser más de lo que es

o   de alguien que se siente tranquilo en los brazos de Dios como el bebé en brazos de su mamá

o   y el verso final invita a Israel, y con él a nosotros a confiar siempre en el Señor



EVANGELIO – Mt 23,1-12

v  En este evangelio Jesús denuncia la deshonestidad, la falta de claridad y de sinceridad en las actuaciones de los representantes de su Padre ante el pueblo.

v  Pide al pueblo obeder lo que enseñan porque es la verdad,

v  Pero les dice que no hagan lo mismo que ellos

o   Predican pero no practican lo que predican

o   Ponen muchas exigencias en la vida de los demás con la excusa de que esto es lo que Dios quiere pero ellos no lo hacen

o   Todo cuanto hacen lo hacen por ser vistos, en otro lugar dijo Jesús “que ya tuvieron su recompensa”

o   Buscan y aman los lugares de honor y el trato de honor tambien , pero ustedes dice Jesús no se hagan llamar con titulos de honor que los diferencian de los demás

o   Y eso ¿por qué? Pues porque todos ustedes son hermanos, por lo tanto no se hagan llamar maestro, ni llamen padre a nadie sobre esta tierra, porque solo hay un Padre el del cielo.

v  El que se humilla será exaltado y el que se exalta será humillado

v  No creo que el Señor tenga ningún problema con que nosotros llamemos maestro o padre a un ser humano siempre que sepamos, creamos y actuemos en consecuencia de saber que somos todos iguales, todos hermanos, que el saber o la responsabilidad que tengamos dentro y fuera de la iglesia no nos hace superiores, nos hace servidores de los demás hermanos y hermanas.

v  Esta verdad de nuestra igualdad es fuente de gran paz y gozo porque no tenemos que hacer nada para sobrepasar a los demás pues hagamos lo que queramos la verdad será siempre la misma hemos sido creados y redimidos todos por igual y todos ocupamos un lugar de preferencia en el corazón del Padre.

v  Creo que esta verdad de ser todos iguales es lo que necesitamos pedirle al Señor cada día para que el Señor no nos diga lo mismo que a los fariseos de este evangelio.



SEGUNDA LECTURA 1 Tes 2:7b-9, 13

v  Pablo hace una descripción de su ministerio pero que es una lección de como necesita ser el evangelizador, lleno de compasión y de ternura como la de una madre.

v  Pablo no sólo ha querido compartir el evangelio que ha predicado, sino su propia vida, y de tal forma que ha trabajado incansable para no ser una carga para nadie.

v  Y da gracias porque la comunidad de Tesalónica recibió en mensaje como venido de Dios y no como mensaje de Pablo.



 
 RINCON CLARETIANO

Desde esta visión tengo mucho amor a la Pobreza Evangélica (ya la amaba mucho antes), porque me dijo Nuestro Señor que la Santa Pobreza había de ser el fundamento de sus nuevos Apóstoles, y que por la falta de esta virtud ha venido a tierra toda la Religión. Venerable Maria Antonia Paris, fundadora de las Religiosas de Maria Inmaculada Misioneras Claretianas, Autobiografia 11.



Esa idea de la eternidad desgraciada que empezó en mí desde los cinco años con muchísima viveza, y que siempre más la he tenido muy presente, y que, Dios mediante, no se me olvidará jamás, es el resorte y aguijón de mi celo para la salvación de las almas. San Antonio María Claret, fundador de las Religiosas de Maria Inmaculada Misioneras Claretianas, Autobiografia 15.











 
 


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